ACCIONES DE SALUD MENTAL EN LA COMUNIDAD. Ponencia Oficial XXV Congreso.

Manuel Desviat y Ana Moreno

Las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud nos alertan de la magnitud epidemiológica de los trastornos de salud mental; una de cada cuatro personas – el 25% de la población mundial –, sufre en algún momento de su vida al menos un trastorno mental. Actualmente hay 450 millones de personas con trastornos mentales en países tanto desarrollados como en desarrollo. Trastornos psiquiátricos que constituyen cinco de las diez principales causas de discapacidad en todo el mundo, lo que supone casi un tercio del total de la discapacidad mundial. Enfermedades  como la depresión, el abuso de sustancias, la esquizofrenia y la demencia,  representan una carga -medida en años de vida perdidos por discapacidad- superior al cáncer y a las enfermedades cardiovasculares. Y estas enfermedades son la punta de un iceberg si consideramos la amplitud de los trastornos, sufrimientos psíquicos considerados menores, que reflejan el malestar en la vida cotidiana, tantas veces consecuencia de las fallas en nuestro sistema social: paro, abusos laborales, violencia género, formas de vida poco saludables…

Pero este aumento del enfermar psíquico no va acompañado generalmente de un aumento de las políticas sanitarias y sociales para prevenirlas ni para tratarlas adecuadamente, e intentar evitar sus secuelas.  Muy al contrario, al tiempo que aumentan los factores de riesgo que hacen vulnerables a grandes sectores de la población, se recortan los recursos sanitarios y sociales, y lo que es aún más grave, se aparcan los modelos sanitarios, los programas, las herramientas técnicas,  que suponen una atención solidaria, y eficaz a menor coste, por modelos privatizadores, basados en la competencia.

La ponencia que presentamos al Congreso Nacional de la Asociación Española de Neuropsiquiatría- Profesionales de la Salud Mental, quiere recoger estas herramientas, la cultura de un hacer comunitario próximo al ciudadano, interdisciplinaria, social, comunitaria, y su historia. Quiere ser un instrumento para los profesionales de la salud mental, y una llamada de atención para que defendamos en base a la eficiencia de nuestro trabajo este modelo ante la población. Solo  cuando la ciudadanía lo asuma como propio será posible su sostenibilidad.