Vientos adversos en Trieste

Trieste es una ciudad de vientos. Periódica e intempestivamente, la célebre Bora se abate sobre las calles y obliga a los transeúntes a mantenerse en casa o a circular agarrados a gruesas cuerdas que el Ayuntamiento instala para sujetarse.
Pues bien, hace unos días se ha informado oficialmente a la AEN que la Bora sopla huracanada contra los servicios de salud mental, no solo de Trieste sino de toda la región de Friuli Venecia Giulia. El modelo de atención que allí milagrosamente se sostiene desde hace más de cincuenta años, heredero de la inspiración y el tesón revolucionario de Franco y Franca Basaglia, amenaza con ser desmantelado.
Al parecer no se trata de un golpe frontal, sino de un paso añadido, quizá más intenso que los anteriores, en esa estrategia tenue con que ahora se desquicia y aniquila una forma trabajo. Hoy puede tratarse de una selección de profesionales, curiosamente perfilada en contra del modelo local, mañana una reducción de recursos malamente justificada y pasado se convoca un oportuno concurso de traslado que rompe los equipos y atrae a personal desmotivado. Son tácticas que conocemos aquí de primera mano y a las que ya nos hemos habituado, tanto que observamos perplejos, pero de momento inermes, cómo la mancha de aceite de la psiquiatría más conservadora, académica, ignorante y autoritaria se extiende por todos los rincones de la patria. Un procedimiento conocido, por consiguiente, que se aplica actualmente sobre Trieste y que ha movido a pedir ayuda a la AEN, entre otros organismos, por boca de sus más conocidos representantes: Rotelli, Mezzina, Dell’Acqua, etc.
El ejemplo de Trieste, cuyos servicios comunitarios han recibido un reconocimiento universal, vive hoy momentos delicados. Una psiquiatría tan vulgar como la dominante en la actualidad, no podía seguir tolerando pasivamente que un centro de referencia mundial demostrara abiertamente que hay otra forma de trabajar que no encaja en su breviario. Por eso vuelven a intentarlo. Se trata de borrar ese incómodo testimonio, por bien de la buena conciencia y la comodidad de sus gentes, simpatizantes y afiliados. En el siglo XIX los psiquiatras críticos se quejaban de la escasa atención que se prestaba a los establecimientos de Gheel, abiertos e integrados en la sociedad, mientras que hoy nos quejamos de que Trieste quiera ser borrado del mapa de la salud mental y se nos prive de ese espejo donde todos nos miramos: unos para intentar seguir su camino y otros para derrocarlo.
En Trieste nació y se mantuvo uno de los hallazgos más valiosos de la asistencia psiquiátrica: su centro de salud mental. Un centro abierto las veinticuatro horas, de libre acceso, sin cita previa, con atención en tiempo real, provisto de camas para descanso y breves estancias, inclinado al tratamiento en la comunidad y con la comunidad, sin violencia ni tratamientos involuntarios, respetuoso de los derechos humanos y atento antes a las necesidades globales de las personas que a tratar simplemente enfermedades. Duele ver que ese foco de luz, que ha inspirado a tantos de nosotros en su aventura particular, pueda verse apagado.
Por todo ello, tras escuchar a los trabajadores y artífices del modelo, nos oponemos a la intentona y declaramos, desde la Junta Directiva de la AEN, nuestro apoyo y solidaridad a los compañeros italianos que intentan evitar por todos los medios que la pseudociencia de la evidencia imponga su estrechez de miras y su estúpida verdad.
El capitalismo neoliberal ya no soporta esa llama incandescente de la Italia de izquierdas, nacida del eurocomunismo y la integración social.
Desde aquí solicitamos, a quien corresponda, que no es otro que el Gobierno regional, a que detengan ese mezquino atentado.

Junta Directiva AEN – PSM
8 de junio de 2021

Accede aquí al PDF del documento en castellano

Accede aquí al PDF del documento en italiano