Acta de la Asamblea de la Sección de Psicoanálisis AEN 2017

La asamblea de socios de la Sección de Psicoanálisis se celebró el pasado 6 de mayo de 2017, en el marco de las XIV Jornadas de la Sección celebradas los días 5 y 6 de mayo de 2017.

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Acta de la Asamblea de la Sección de Psicoanálisis de la AEN - Abril 2015

El pasado 11 de Abril de 2015, en el marco de la XIII Jornadas de la Sección de Psicoanálisis de la AEN, se celebró la Asamblea General de la Sección y la renovación de su Junta de Gobierno.

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Acta Asamblea Sección Psicoanálisis 20-04-2013

ACTA DE LA ASAMBLEA DE LA SECCIÓN DE PSICOANÁLISIS DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRÍA
Acuerdos de la Asamblea de las XIIas Jornadas

Madrid, 20 de Abril de 2013

 

1º-Las próximas XIIIas Jornadas tendrán lugar en la primavera del 2015, en Madrid. En principio en el mismo lugar (Colegio de Médicos).
 
2º-Se propone como tema: “La estructura familiar en la clínica contemporánea”. Sin perjuicio de las actividades que para dichas jornadas pueda programar la comisión organizadora, y como una forma de estimular la participación de socios y de otras orientaciones del psicoanálisis presentes en la AEN se propone abrir un plazo de presentación de mesas redondas, comunicaciones o casos clínicos, que deberán estar de algún modo en consonancia con el tema propuesto para las próximas Jornadas, tanto en el ámbito del trabajo con adultos, como de infanto-juvenil, o en el campo más amplio de lo social. Socios de la AEN o personas vinculadas al campo del psicoanálisis pueden dirigir a la sección sus propuestas dentro de un plazo y serán valoradas por la comisión organizadora, e integradas en las pertinentes mesas redondas. Las ponencias tendrán una duración de unos veinte minutos. Las presentaciones de casos se contemplan como una oportunidad de estimular la participación de profesionales más jóvenes.
 
3º- Relanzamiento de los Foros de la Sección de la AEN y sobre todo de la presencia de la sección en las Redes Sociales.
 
4º- Lanzamiento  de una campaña para recordar a los socios de la AEN vinculados de una forma u otra al psicoanálisis, la posibilidad de figurar/inscribirse como socios de la sección. Ya hay 120 socios, lista en la que figuran nombre y apellidos, título o especialidad y comunidad de pertenencia.
 
5º- Los Coloquios Interjornadas se revelan como un punto de dificultad. Se acuerda celebrar un único coloquio anual, como momento de encuentro de miembros de la sección y otras personas interesadas y como preparación para las siguientes Jornadas de la sección. Se propone que dicho coloquio tenga lugar en el contexto de las Jornadas Nacionales de la AEN.

6º- Se constata la creación de secciones de Psicoanálisis en las distintas comunidades autónomas, con las que la sección deberá mantener una relación estrecha y privilegiada, de comunicación e intercambio.
 
7º- Como no fue posible la publicación de los trabajos presentados en las XIªs Jornadas, for falta de financiación, se acordó realizar una edición virtual conjunta de las XIªs y XIIªs Jornadas, colgándola en internet para quien deseara bajarla en formato de libro. Sin perjuicio de encontrar algún Esponsor que financiara la publicación.

8º-Renovación de cargos. No presentándose otras candidaturas alternativas, se consolidan los siguientes cargos:
    - Enrique Rivas: Presidente de la Sección. 
    - Antonio Ceverino: Vicepresidente/secretario.
    - Y se mantienen como miembros de la Comisión Gestora a: Iria Prieto y Eva Rivas.

 

Firmado

Presidente: Enrique Rivas Padilla
Vicepresidente/Secretario: Antonio Ceverino Dominguez
Vocales-miembros de la Comisión Gestora: Eva Rivas Cambronero e Iria Prieto Payo

Resumen XII Jornadas Sección Psicoanálisis AEN

Se clausuraron las XIIªs Jornadas de la Sección de Psicoanálisis de la AEN, celebradas en el Colegio de Médicos los días 19 y 20 del mes de Abril. Hubo una gran afluencia de inscritos (aproximadamente 200) y un alto nivel de las intervenciones, tanto de las Ponencias como del público de la sala.
Se abordaron distintas vertientes de la perversión, así como de las perversiones generalizadas y los rasgos perversos en las neurosis. Dejando claros la alta incidencia y prevalencia de estas manifestaciones en la sociedad contemporánea, como las distintas vicisitudes que implican su esclarecimiento diagnóstico como sus abordajes terapéuticos en el horizonte de la comprensión y trato psicoanalíticos.
Considero que este trabajo de reflexión e investigación, tendremos que continuarlo en reuniones, escritos y comunicaciones, dada la importancia y trascendencia que tiene el ámbito de las perversiones en la sociedad de todos los tiempos; pero especialmente en la era del capitalismo tardío y concentracionario de la sociedad neoliberal, de la caída de los ideales, los valores y las éticas que se imponen en el panorama de la destrucción de los vínculos socales.
Puedo resumir muy esquemáticamente, de lo que se planteó en las Jornadas, que para abordar la problemática de las perversiones propiamente dichas y los rasgos de perversión neurótica, se cuenta con el discurso psicoanalítico, tanto en su comprensión teórica como en los dispositivos de escucha analítica en las redes públicas y privadas, allí adonde llegue una demanda subjetiva. Por mas que se insistiera que la demanda perversa no llega a los dispositivos privados generalmente.
Y para el entendimiento e intervención en el campo de las perversiones generalizadas, habrá que contar con los recursos sociales que deban promover y activar tanto los aparatos políticos como las instancias judiciales al amparo de los estados democráticos avanzados.
La perversión quedó entendida como una de las formas de tratar el sujeto con el goce, por fuera de la significación fálica, por la renegación de la castración, la conculcación de la ley del edipo y de la diferencia de los sexos.
Y como la estrategia de identificación con el instrumento de goce del otro, del partenaire y la reversión del goce hacia el propio sujeto perverso.
Estas valoraciones de lo que se dijo en las XII Jornadas de la Sección, son las que a mi me inspiraron. Habrá otras por supuesto. Desearía que se trasmitieran a través de este medio en una continua y fructífera conversación.
Enrique Rivas
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Acta de las XI Jornadas de la Sección de Psicoanálisis de la AEN

ACTA DE LAS XIªs JORNADAS DE LA SECCIÓN DE PSICOANÁLISIS de la AEN Los días 25 y 26 de febrero del año en curso, se celebraron en el Colegio de Médicos de Madrid en el Pequeño Anfiteatro, las XIªs Jornadas de la Sección de psicoanálisis de la AEN. El tema de las mismas fue,”Teoría y práctica psicoanalítica de las psicosis”, “La pragmática de la institución psicoanalítica en la sociedad actual”. Hubo una gran afluencia de público ya que se inscribieron 162 personas a las mismas. Y hemos de felicitarnos, aparte de la movilización de participantes en las Jornadas, por el buen nivel de las Mesas y calidad de las ponencias. Así como la profusión y variedad de las intervenciones en el diálogo posterior a las mismas, que se realizaron en un clima de cordialidad, aunque con las lógicas diferencias en los argumentos y en las orientaciones conceptuales, epistemológicas y prácticas.
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Programa y Objetivos de la Sección de Psicoanálisis

Programa Básico de Fundamentos y Objetivos,  presentado a la Asamblea de la Sección en las XIªs Jornadas celebradas los días 25 y 26 de febrero en el "Colegio de Médicos" de Madrid

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X Jornadas de la Sección de Psicoanálisis de la AEN. (21.02.2010)

El Psicoanálisis en lo Social y en lo Político.
Madrid (Colegio de Médicos), 20 y 21 de Febrero de 2009.

Tríptico:

En las IXª  Jornadas planteamos el debate sobre “El psicoanálisis en la escena social” y en las que en su texto de presentación hacíamos la consideración de “la necesaria participación del psicoanalista en las vicisitudes de la política social y en la política del psicoanálisis”. Considerando que Lacan estableció que el inconsciente es la política, “en el sentido fundamental en que la política como expresión teórico-práctica del lazo social forma parte del discurso del amo”.

En estas Xª  Jornadas, pretendiendo dar continuidad a aquellos debates proponemos dilucidar cuestiones como: las características o vicisitudes de la práctica privada y/o pública tanto en las instituciones como en la consulta privada, así como los criterios de verdad y/o de mentira en éstas y en las prácticas de la política, del psicoanálisis y en la política del psicoanálisis.

Primero: consideramos que tanto en la práctica psicoanalítica pública como en la privada, la cura analítica se desarrolla en un espacio y un diálogo entre dos sujetos que no puede ser sino privado, si bien las referencias ideológicas, sociales o familiares del sujeto adquieren en la enunciación y en la producción de los enunciados una dimensión de la inserción pública del sujeto.

Partimos de nuestra reflexión a lo largo de nuestras jornadas de la Sección, que el psicoanálisis, tanto en la comprensión de la demanda del sujeto como en su abordaje analítico, es posible en la institución pública. Lo que no quiere decir que allí no se opere en una relación y diálogo privados entre analizante y analista.

Segundo: respecto a los criterios de verdad y/o de mentira en las prácticas de la política como las del psicoanálisis, ambas emergen del malentendido del lenguaje que afecta a los sujetos y a los discursos que se construyen en el seno de las colectividades humanas y que determinan el destino tanto de los sujetos singulares como de los proyectos políticos de los gobiernos que rigen a la población.

Para dilucidar la cuestión de la verdad y la mentira en psicoanálisis nos apoyamos en los axiomas de Lacan, cuado dice que la verdad solo se dice a medias o el medio decir de la verdad, o que la verdad tiene estructura de ficción. En el seminario 7, dice:”El medio decir es la ley interna de toda clase de enunciación de la verdad y lo que mejor encarna esto es el mito”. Habrá que articular estos axiomas con el efecto de mentira que el hecho de hablar le impone al sujeto. Hablar es mentir, pero allí precisamente se articula una verdad inalienable. No en vano Freud estableció que el discurso de la histérica, es el paradigma de la neurosis, el “Proton pseudos”, la mascarada y el proferi-miento de la mentira  o ficción de su síntoma, pero que esconde la verdad de la indeterminación de su deseo.

Habrá  que tener en cuenta la doble dimensión del síntoma como verdad que retorna como real en el sujeto y como mentira de la cadena significante que captura al sujeto. Ambos como encubrimiento de la castración que en definitiva es lo mas verdadero en la constitución del sujeto. Quedando como resto lo real articulado al objeto del deseo y de goce, que en la cura es imposible de atrapar, aunque el desafío del psicoanálisis es intervenir en lo real a través de lo simbólico.

La pregunta fundamental que animan estas jornadas, se desliza entre dos ejes:

Primer eje: ¿Lo público y lo privado es una construcción política que introduce en psicoanálisis una distorsión y/o velamiento del abordaje de la verdad versus la  mentira que emergen en la cura analítica?. ¿ Se trata de una disyunción espuria que dividió la praxis del abordaje de la subjetividad en lo público como ideal progresista y lo privado como una forma degradada de la atención movida por intereses inconfesables, principalmente económicos?. ¿Es la dimensión de lo público el sostén político sanitario de una  mentira encubierta de la práctica o ésta cae del lado de la dimensión de lo privado?. ¿O mas bien tenemos que afirmar que ambas dimensiones del discurso analítico son las dos caras de una misma experiencia, se desarrolle en la institución pública o en la privada?.

Segundo eje: Dilucidar lo que hay de verdad y/o de mentira en los dichos o proposiciones del sujeto sea singular o social, tanto en el dispositivo analítico como en la escena social o en los proyectos políticos. Habrá  que diferenciar la verdad o falsedad que se vehicula en los discursos psicoanalíticos, sanitarios, sociales y políticos que establecen una correspondencia de la palabra, el pensamiento y la cosa.

En psicoanálisis, la correspondencia del significante es con el resto de los significantes donde se genera los efectos de verdad y su anverso la mentira, mutuamente encubridoras, y que gobiernan a través del fantasma la existencia del sujeto en relación al objeto que lo causa en su deseo y en sus formas de satisfacción pulsional.

En los discursos social y político, el referente de la palabra es la cosa en sí, con las diversas posibilidades de malversación que el malentendido de la lengua puede inferir entre el significante y su correspondiente significado.

¿Es por lo tanto extrapolable la vertiente “verdad-mentira” de la cura analítica a la ”verdad-mentira” de los ideales y leyes que estructuran la organización social y los discursos políticos, ideológicos y culturales que la informan e instituyen?. ¿Habrá formas o procedimientos de interpenetración y/o fecundación-transformación de ambos discursos, amo y psicoanalítico, en su condición inversa que no afecte a la legitimidad de cada uno de ellos?.

Los intentos de respuesta a éstas y otras preguntas que se puedan formular, sería nuestra aspiración para las reflexiones que se desprendan de nuestras jornadas. Se trataría de dilucidar las vicisitudes y la entidad de tales características linguistico-discursivas en las aserciones de las prácticas del sujeto en el seno tanto del acto analítico como de la práctica política.

E. RIVAS

 

PROGRAMA

Viernes

9.30 hs. Presentación de las Jornadas.

10 a 12 hs. 1ª Mesa: Verdad y mentira en psicoanálisis y en política

Coordina: Jorge Alemán

Ponentes:

Mónica Unterberger (Miembro de ELP y AMP)

Germán Cano Cuenca (Filósofo)

Mercedes de Francisco (Miembro de ELP y AMP)

12 a 12,30 hs.-Pausa-Café

12,30 a 14,30hs. 2ª Mesa: Similitudes y diferencias entre la práctica pública y la privada en psicoanálisis

Coordina: Enrique Rivas

Ponentes:

Antonio Ceverino (SS Salud Mental Hortaleza)

José Ignacio Anasagasti (Fundación psicoanalítica/ Madrid 1987)

Andrés Borderías (Miembro de la ELP. Director del Centro psicoanalítico de consultas y tratamiento: CPCT)

16,30 a 18,30 hs. 3ª Mesa:  La política en psicoanálisis, verdad y transmisión

Coordina: Javier Frère

Ponentes:

Agustín Genovés

Bernardo Ferrante (Fundación psicoanalítica/ Madrid 1987)

Sergio Larriera (Miembro de ELP y AMP)

Sábado

10 a 12 hs.- 4ª Mesa: El inconsciente freudiano entre la verdad y el sentido

Coordina: Roberto Fernández

Ponentes:

Eduardo Chamorro

Armando Ingala

Gustavo Pis

12 a12,30 hs.-Pausa-Café

12,30 a 14 hs.: Asamblea de la Sección.

14 hs.: Clausura  de las IX Jornadas

 

Entrada libre previa inscripción

En Secretaría de la AEN,

C/ Magallanes 1, sótano 2, local 4

28015 Madrid

Tfno: 914314911


Similitudes y diferencias en la práctica pública y privada en psicoanálisis

(Décimas Jornadas de la Sección de psicoanálisis de la AEN)

Como hemos dicho en la presentación de las Jornadas, planteamos el debate sobre “El psicoanálisis en la escena social” haciendo previamente la consideración de “la necesaria participación del psicoanalista en las vicisitudes de la política social y en la política del psicoanálisis”. A partir de la consideración de Lacan al establecer que el inconsciente es la política, “en el sentido fundamental en que la política como expresión teórico-práctica del lazo social forma parte del discurso del amo”, como dijimos antes, y de los imperativos que introducen en la trama social y en la cultura las clases dominantes. Por lo tanto, decimos que es así mismo imprescindible la dilucidación por parte del psicoanálisis como del psicoanalista, el esclarecimiento de las condiciones y vicisitudes de la prática de la cura en las instiuciones públicas de salud, de la enseñanza o de cualquier recurso de asistencia social.

En el texto de presentación de las Xª Jornadas, en el tríptico, comentábamos algunos de los dilemas que se plantean entre las dos concepciones de teorización y aplicación del psicoanálisis en las instituciones públicas y en las consultas privadas: ¿Lo público y lo privado es una construcción política que introduce en psicoanálisis una distorsión y/o velamiento del abordaje de la verdad versus la  mentira que emergen en la cura analítica? ¿ Se trata de una disyunción espuria que dividió la praxis del abordaje de la subjetividad en lo público como ideal progresista y lo privado como una forma degradada de la atención movida por intereses inconfesables, principalmente económicos? ¿Es la dimensión de lo público el sostén político sanitario de una  mentira encubierta de la práctica o ésta cae del lado de la dimensión de lo privado?. ¿O mas bien tenemos que afirmar que ambas dimensiones del discurso analítico son las dos caras de una misma experiencia, se desarrolle en la institución pública o en la privada?.

Posteriormente, hemos pretendido dar continuidad a aquellos debates proponiendo dilucidar cuestiones como: los criterios de verdad y  falsedad en las prácticas de la política, del psicoanálisis y en la política del psicoanálisis. Así como las características o vicisitudes de la práctica privada y/o pública tanto en las instituciones como en la consulta privada.

Tenemos que plantear el problema de la duda permanente respecto a las posibilidades de la inserción del psicoanálisis en las instituciones de salud pública. Ya que se trata de una cuestión que implica una hipótesis restrictiva, no solo de la administración sino también de la comunidad analítica.

El psicoanálisis no entra en la cartera de los servicios de la Seguridad Social, argumento administrativo que excluye al psicoanálisis de las instituciones sanitarias. Sin embargo el acto analítico es una creación por fuera de la organización administrativa aunque esté de hecho contenido en ella. Los profesionales de la Salud Mental son contratados hoy por hoy como psiquiatras, psicólogos, médicos, trabajadores sociales, etc.; lo que no impide que cualquiera de ellos decida con su deseo el dispositivo de escucha y la creación del acto analítico si  se trata de un psicoanalista.

Cuando hablamos de instituciones de salud pública nos estamos refiriendo a hospitales psiquiátricos, unidades de hospitalización breve en hospitales generales, servicios de salud mental, centros de salud general en la atención primaria, hospitales de día, etc.. Aunque en nuestro trabajo nos vamos a centrar fundamentalmente en los servicios de salud mental comunitaria, que constituyen una red de recursos establecidos prácticamente en todas las comunidades de nuestro país.

Estos servicios de salud mental comunitaria echaron las bases para la atención de pacientes con trastornos psíquicos sin desinsertarles de su medio socio-familiar de pertenencia. Sin desaferentación de sus vínculos sociales. En estos servicios se trata de abordar a los pacientes en libertad por equipos multidisciplinarios, respetando su subjetividad y apoyándose en un vínculo de acogida e inclusión de la demanda del sujeto en lo que podría llamarse un nuevo lazo social.

Por otra parte, en estos servicios se realiza un seguimiento prolongado de las curas sin límites administrativos y burocráticos e institucionales, y sin discriminación de cualquiera de  los referentes epistemológicos de abordaje de los profesionales que realizan su actividad en los mismos.

En estos servicios de salud mental comunitaria no habría razones explícitas que impidieran el trabajo analítico, por más que se argumente con insistencia que las condiciones institucionales pueden obstaculizar la teoría y la praxis psicoanalítica. No hay razones que lo impidan siempre que se tenga en cuenta por el analista:

a- Que la institución de salud mental introduce elementos de la ley y de la norma incorporados en la conciencia y por supesto en el universo simbólico del sujeto que pueden confundir al analista en su acto de escucha de lo real que discurre por la trama significante del inconsciente. El analista discriminará en su acto la referencia al sentido y al sinsentido del decir del sujeto, facilitando la conmoción de las identificaciones y las significaciones que le sostienen.

b- Que hay que tener en cuenta las transferencias imaginarias a la institución y al equipo en general, que no son más que transferencias colaterales que hay que diferenciar de la transferencia como operador fundamental del trabajo analítico. Nos referimos a la transferencia en su dimensión simbólica y real y conceptualizada según la enseñanza de Lacan, como emergencia del sujeto supuesto al saber del inconsciente.

c- Que hay que delegar la demanda delegada. La demanda social y     familiar  de reintegrar al paciente a los circuitos de producción y a los valores e ideales que la estructura sociofamiliar promueve, es decir, el sometimiento a los imperativos del conjunto sociofamiliar de pertenencia. Delegar esta demanda, delegada en principio a los profesionales, tanto a la institución como a la familia, para poder ocuparse analíticamente de la demanda que aloja al deseo del sujeto, de la verdad del sujeto que discurre en la cadena significante en el despliegue de su discurso.

d-      Que hay que tener en cuenta los elementos institucionales o las condiciones concretas de los servicios de salud mental comunitaria (ideales y objetivos de la administración, presión de la demanda, el uso y la concepción del tiempo, imperativos sociales y familiares manifiestos y latentes, etc.) para readaptar o hacer posible una cura analítica en la institución. Que como en la cura privada hay que esclarecer los elementos culturales, institucionales, sociales y familiares del sujeto.

Proponemos como hipótesis fuerte de partida que en los servicios de salud mental comunitaria se pueden dar todas aquellas prácticas analíticas que sirven en las curas en régimen privado,  siempre que allí advenga un analista que juegue su deseo de saber y de ser la causa del deseo y del discurso del sujeto y que opere un paso de la queja a la demanda de saber sobre la causa en el sujeto. Se trata de jugar el deseo de saber en ambos miembros del diálogo analítico. Por el deseo del analista que abrirá el campo del deseo del analizante, en un relanzamiento sin fin de la demanda que sitúa el deseo encarnado en el otro del analista. La demanda para el analizante y el deseo para el analista, en el diálogo analítico.

En consecuencia el debate sobre la asistencia pública versus privada es artificioso desde la concepción psicoanalítica. Entre la práctica analítica en régimen privado y la desarrollada en una institución pública, no puede haber diferencias si se cumplen una serie de condiciones para el desarrollo de una cura en los servicios de salud mental comunitaria y que son:

1-      Que el psicoanálisis esclarezca el proceso de adaptación del dispositivo práctico y sus elaboraciones teóricas a las condiciones específicas de la institución en la que opera, sea familiar, social, educativa o de salud mental.

2-      Que la institución social o sanitaria de la que se trate no coarte expresamente la articulación de la única instancia constituyente para el sujeto de la demanda y que funda el sujeto dirigiendo su palabra al Otro y al cual enlaza y al que se enlaza. Es decir, si hay un analista que consienta a la escucha de lo real cifrado en el síntoma. En este consentimiento de un analista en una institución, en su diálogo privado con  el sujeto no intervienen terceras personas.  Y hay que decirlo, quien argumenta  que estos factores de control institucional o interferencia espúrea  imposibilitan la cura psicoanalítica, lo que está  planteando es su propio desistimiento y retroceso frente a la hipótesis analítica en la institución de salud pública.

3-      Se trata en definitiva de pasar del discurso del amo o del inconsciente al discurso del analista, tanto en la práctica privada como en la asistencia pública. Es decir, que en el lugar del agente del discurso, el terapeuta vaya rotando por progresión en el dispositivo analítico, desde el lugar del significante amo de la práctica custodial y segregacionista, al de sujeto dividido. Y por regresión de los discursos, pasará desde el lugar del significante amo a la posición del saber universitario, del que sabe cómo hacer con el desecho del paciente y crear las condiciones de emerjencia del sujeto, cuando el profesional trata de extraer un saber aplicando su saber establecido a los pacientes reducidos a meros objetos de estudio e “investigación”, al estilo de la universidad. Y en una última torsión se situaría el practicante en el lugar de objeto causa del deseo en el discurso analítico, hipostasiando su saber y devolviéndole al sujeto su posibilidad de llevar su saber al lugar de su verdad. Son las cuatro posiciones por las que se pudo deslizar el profesional de la salud mental a lo largo de la historia de las instituciones y en la medida que se fue cuestionando su rol y sus funciones en las mismas.

Qué tipo de prácticas analíticas se pueden establecer en las instituciones de salud públicas y en concreto en los servicios de salud mental?:

Una comprensión psicoanalítica de la demanda y del diagnóstico estructural, así como de los síntomas.

  1. 1. Entrevistas preliminares para el esclarecimiento de las posibilidades de analizabilidad, de subjetivación del síntoma, de implicación del sujeto en su malestar, del establecimiento del síntoma analítico,de la rectificación subjetiva y de la instalación de la transferencia que como hemos dicho es el elemento fundamental para el trabajo analítico en cualquier institución pública o privada.
  2. 2. Si se trata de instituciones cerradas (Hospitales psiquiátricos, Unidades de Hospitalización Breve en Hospitales Generales), habrá que crear las condiciones para que tras la subjetivación del síntoma, el sujeto se plantee la posibilidad de dirigir su demanda de análisis a un analista fuera de la institución, si ya ha conocido los efectos de su encuentro con un analista dentro de la misma.
  3. Si se trata de servicios de salud mental comunitaria, se podrá desplegar la cura en todas sus dimensiones y vicisitudes, en toda su diacronía. El límite de la misma se dará por añadidura. Teniendo en cuenta el esclarecimiento de los elementos institucionales que puedan estar presentes, como la presión de la demanda, la temporalidad lógica y cronológica, es decir, el tiempo de las sesiones, la secuencia de las mismas, la prolongación de la cura, etc. Así como la cuestión de la ausencia de pago, ya que en la cura habitual el dinero es un objeto de goce a entregar por el sujeto, como instrumento fálico, como pago de la deuda y como recurso simbólico de intercambio. Circunstancia que hay que dilucidar para el tratamiento analítico en la institución.
  4. El trabajo con los psicóticos, práctica fundamental en la institución ya que es una demanda mayoritaria de la población que acude a tratamiento en los servicios de salud mental y que por tanto exige una adaptación del dispositivo analítico a la demanda de estos sujetos. O a la inversa, como diremos más tarde, aplicar  la psicosis al discurso analítico. Es decir, en el trato-pacto con el psicótico se podría tratar de un psicoanálisis invertido, teniendo en cuenta el tipo de transferencia y de interpretación posible en la cura de un psicótico. Se trata entonces de aplicar lo que nos enseña la psicosis al dispositivo analítico, para crear posibilidades de tratamiento a partir de una posición de sujeto supuesto no saber, pues el saber está del lado del psicótico.

 

Así, el psicoanálisis aplicado, dispuesto a encontrarse con la demanda del ser sufriente que pide la curación, tendrá la posibilidad de implantar la experiencia analítica en las redes de recursos públicos por donde circula el mayor porcentaje de las demandas. Será tarea y compromiso ético del analista crear las condiciones para invertir la demanda de curación en deseo de saber sobre la causa, en aquellos casos, claro está que el sujeto consienta al trabajo de desplegar su discurso haciendo del analista su destinatario.

Tenemos que establecer que la experiencia y el vínculo analítico y no analítico entre el sujeto y el Otro, siempre es privada, sea la institución que sea. Entre el sujeto y el Otro circula la palabra que enlaza a ambos en un vínculo y experiencia únicos que no son transferibles a otras instancias.

En cuanto a lo indispensable y accesorio en el dispositivo analítico, es necesario que se discriminen tales caracteres de los recursos e instrumentos del psicoanálisis llamado aplicado y en general del psicoanálisis. Planteemos esquemáticamente la valoración de algunos elementos básicos de la operación analítica, como condiciones de esta práctica en la institución que sea.

Son instrumentos indispensables la transferencia y la interpretación.

La transferencia es el instrumento fundamental e incuestionable de un análisis. La transferencia como la esclareciera y establecieran Simund Freud y Jacques Lacan; como el amor al saber, como el despliegue del decir del sujeto de la demanda, como la instauración del sujeto supuesto al saber, así como de la dimensión analítica del síntoma y la génesis en el sujeto del deseo del saber sobre la causa y el desocultamiento de lo real que se aloja en el síntoma.

La interpretación en todas sus dimensiones es la pareja inexcusable de la transferencia en el aparato analítico. La interpretación es la operación princeps de un análisis que establece la condición hermenéutica1 de la operación de abordaje de lo real por lo simbólico. En consecuencia, estos dos elementos, transferencia e interpretación o a la inversa, constituyen la base indispensable del discurso analítico.

En cuanto a los recursos accesorios, es decir, los que se pueden readaptar a las circunstancias del dispositivo, podemos considerar otros aspectos como: el manejo del tiempo y del dinero, el manejo de las transferencias imaginarias a la institución, el trabajo en el diván versus el trabajo cara a cara, etc.. Podemos considerarlos como accesorios a la hora de adaptar o aplicar el dispositivo analítico a la cura, tanto en las instituciones públicas como privadas, pero especialmente en el trabajo de un analista en los recursos de salud mental o en cualquier recurso de asistencia pública.

Establezcamos una consideración primera y es que tanto en la práctica psicoanalítica pública como en la privada, la cura analítica se desarrolla en un espacio y un diálogo entre dos sujetos que no puede ser sino privado, si bien las referencias ideológicas, sociales o familiares del sujeto adquieren en la enunciación y en la producción de los enunciados una dimensión de la inserción pública del sujeto.

Partimos de nuestra reflexión a lo largo de nuestra práctica, que el psicoanálisis, tanto en la comprensión del la demanda del sujeto como en su abordaje analítco, es posible en la institución pública. Lo que no quiere decir que allí no se opere en una relación y diálogo privados entre analizante y analista.

Público versus privado son dos concepciones epistemológicas de la realidad objetiva, social, política y científica que oscurecen la constitución intrínseca del vínculo sujeto-objeto en el discurso y en lo real de la existencia. Ambos conceptos remiten a la naturaleza bifronte de la experiencia humana, es decir, que tanto las referencias públicas como íntimas y privadas, se anudan onticamente en el ser del sujeto. De tal manera que epistemológiamente son indiscernibles como dos dimensiones constitutivas del acontecer del sujeto.

Público versus privado, es un sintagma que viene afectado por la condición del discurso político que trata de  establecer una diferencia entre los supuestos beneficios de la gestión de los recursos sociales adscribibles a las propuestas políticas progresistas; y la gestión de los intereses privados por parte de un programa partidista conservador y reaccionario.

Podríamos considerar esta diferencia espuria como encubridora de la autentica fusión de ambas dimensiones de la verdad del sujeto en su desarrollo psíquico y emocional. Implicado, como esta, en la trama de vínculos con el otro en el que está anclado y su universo simbólico-imaginario con el que construyó la potencia-acto de su ser, afectado por lo real de aquello que no se puede materializar con el lenguaje. Y desde luego que este universo simbólico-imaginario se va fraguando con los decires de los otros y sus imperativos y valores éticos. Y las “cosas vistas y oidas” a lo largo de su singladura vital. De tal manera que ambos referentes se intrican en la estructura y le determinan como sujeto amarrado a su horizonte tanto público como privado. El psicoanálisis no puede establecer estas diferencias en el dispositivo y desarrollo de la cura y tampoco en su compromiso de aportar elementos de reflexión en el análisis social y político de la realidad en el que está inmerso.

 

 


Acta de la Asamblea de la Sección de Psicoanálisis de la A.E.N.

En presencia de miembros de la Sección se realizó al final de las Xª Jornadas la Asamblea correspondiente. Se valoró el desarrollo de las Jornadas como muy estimulante, por la importante presencia de público, por lo interesante de las ponencias que reunieron a psicoanalistas de diferentes asociaciones y corrientes teóricas y por los valiosos debates realizados en un clima de rigor y cordialidad, aun con las necesarias y esperadas diferencias que se suscitaron.

Se resolvió renovar la Junta Directiva actual quedando como Presidente Enrique Rivas Padilla y como Secretario Javier Frère López.

Asimismo, se informó de que en la página web de la A.E.N. figurará una entrada por la que los socios de la A.E.N. que lo deseen puedan inscribirse como miembros de la Sección, por lo que se animó a los presentes a que se inscriban y hagan llegar la información a todos los interesados.

También se informó de la decisión de la la Junta Directiva de la A.E.N., a petición de la Sección, de promover la creación de grupos de nuestra Sección en las diferentes Comunidades Autónomas y nombramiento de un responsable para cada una de las Secciones autonómicas. Al día de hoy contaríamos con personas interesadas en el País Vasco y, probablemente, en Valencia. Los miembros de la Sección estimularemos dichos grupos a través de nuestros contactos personales, además de la comunicación que se haga desde la propia Junta Directiva de la A.E.N.

Así miso se informó de la inclusión en el programa del próximo XXIV Congreso de la A.E.N a celebrar en Cádiz del 3 al 6 de junio, de una Mesa Redonda o Simposio organizada por la Sección de psicoanálisis de la A.E.N., a invitación del Comité organizador y pendiente de concreción, respecto a los participantes y el Tema del mismo.

Por otra parte, se convocaron las XIª Jornadas para la primavera de 2011, que se celebrarán en principio en Madrid, a menos que una participación importante de otras CC. AA. sugiera la conveniencia de realizarlas en otro lugar. Los temas propuestos fueron:

-El psicoanálisis y los síntomas contemporáneos.

-Situaciones de riesgo en la infancia-adolesencia.

-Comprensión y trato psicoanalítico de la psicosis.

El Tema de las próximas jornadas se decidiría por la comisión organizadora, entre estos u otros temas que se pudieran proponer.

Por último, se nombró encargada de la Publicación de las Xª Jornadas a Rosa Gómez Esteban y se designaron como miembros del Comité Organizador a Enrique Rivas Padilla, Javier Frère López, Eva Rivas, Rosa Gómez Esteban y Antonio Ceverino.

 

En Madrid, a 21 de febrero de 2009

 

Enrique Rivas Padilla                                     Javier Frère López

Presidente                                                       Secretario

 

 


El psicoanálisis en la escena social o la integración del psicoanálisis en la sociedad de nuestro tiempo

(Presentación de las IX Jornadas de la Sección de Psicoanálisis de la AEN)

Existe una tendencia tradicional de los psicoanalistas al aislamiento y trabajo individualizado en sus consultas privadas. En relación a su formación y su pertenencia a los grupos e instituciones con una determinada epistemología concreta de adopción.

Esta posición no tendría que ser incompatible con la apertura del psicoanalista al diálogo e intercambio con otras corrientes psicoanalíticas y obviamente hacia otros campos del saber.

Por otra parte, consideramos necesaria la participación del psicoanalista en las vicisitudes de la política social y la política del psicoanálisis. No en vano Lacan estableció que el inconsciente es la política, en el sentido fundamental en que la política como expresión teórico-práctica del lazo social forma parte del discurso del amo. Frente al que el psicoanálisis ha de tomar una posición comprometida, no sólo en el abordaje del sujeto singular en el dispositivo de escucha de las vicisitudes del deseo, sino tratando de tomar la palabra en los diversos frentes institucionales como son la ciencia, la literatura, la salud mental, la política y en general los diversos campos de manifestación de la cultura, para subvertir la intoxicación imaginaria del orden social y desvelar la dimensión de lo real subyacente a los síntomas sociales.

Tambien hay que tener en cuenta la incarceración sobre sí mismos de los psicoanalistas en el concepto abusivo de la extraterritorialidad del psicoanálisis, como coartada para el desistimiento frente a la alianza plurinstitucional y multiprofesional necesaria para sostener la causa del psicoanálisis integrado en las redes de recursos sociales y asistenciales.

En el proceso progresivo de mercantilización de la sociedad de nuestro tiempo, hay en paralelo la producción de restos, de desechos, de escoria. Y no sólo en los programas de la industrialización de los objetos de la técnica, sino en los ejércitos de consumidores de esos objetos en los que el sujeto deviene, por efecto del poder del amo investido por la ciencia-técnica del capitalismo lujuriante, un objeto más como consumidor-consumido, listo para padecer y mostrar la nueva genealogía de los síntomas contemporáneos. Frente a las demandas ahogadas de estos sujetos objetalizados por la oferta psico-farmacológica de la felicidad restituible con urgencia, el psicoanálisis ha de apostar por la inserción social de sus fundamentos y de sus prácticas de reinstitución subjetiva y de rehabilitación de los vínculos sociales.

 

El psicoanálisis:Un discurso complementario e inverso del discurso del Amo o discurso del inconsciente

Si el psicoanálisis trata el núcleo de verdad que anida en lo real del ser del sujeto, necesariamente ha de ser un discurso complementario aunque inverso de los discursos que regulan el lazo social. Es decir, el discurso de la política que trata de anular la singularidad del sujeto en una trama de imperativos que constituyen el “imperio de la ley” y la obediencia al aparato del Estado del pacto y del consenso.

El psicoanálisis en los Estados totalitarios deviene prohibido por su cuestionamiento del poder autocrático y la impugnación de sus leyes e ideales. Y en los Estados democráticos, el sistema acoge al psicoanálisis a pesar que éste conculca, así mismo, las seguridades y principios emanados de su poder. Hay que tener en cuenta que el superyó en cualquier forma de estado, siempre exige más renuncia pulsional cuanto más promueve el goce de la pulsión de muerte.

El psicoanálisis, se quiera o no, viene con su oferta y dispositivo, a liberar al hombre de los vínculos, valores e ideales que lo esclavizan; aunque esté condenado a convivir  en el guetto humano, sometido a las instancias de las clases dirigentes y aceptar las reglas de convivencia y los mandatos de la política en todas sus variables, fundamentalmente los mandatos y normas del proyecto político del “Estado democrático” a su turno en el poder.

 

De lo que se desprende: La ética del psicoanálisis versus la ética social.

La ética analítica queda incluida en la ética política. Sin embargo la ética del desocultamiento del deseo particular de cada sujeto es el reverso de la ética del deber que obliga a cada ciudadano por igual. Pero su intersección no es incompatible con que ambas dimensiones se desplieguen de forma autónoma en la escena social, sea en el abordaje de la comunidad o en las prácticas del sujeto en las que el sujeto en un psicoanálisis alcance un nivel de mayor libertad en las restricciones que imponen las leyes de la comunidad.

Por estas razones el psicoanálisis ha de ser el complemento discursivo, oculto y desvelable de los discursos que sostienen a la sociedad y a la cultura, la ciencia, el arte, la religión, etc.

 

Estructura de soporte paradojal del psicoanálisis en la trama social.

El psicoanálisis en la sociedad de nuestro tiempo está avocado a superar una contradicción fundamental que se puede establecer de la siguiente manera:

-         Si por un lado, ante una supuesta progresión en la conquista de las libertades democráticas en los países de capitalismo avanzado; el psicoanálisis subyace en una propuesta de alcanzar la libertad primera, que es la reconfiguración en el sujeto analítico de la naturaleza de sus lazos sociales valores e ideales esclavizantes, liberando su deseo y el control de la satisfacción pulsional del sujeto que optó por la pregunta por la causa;

-         Por otro lado o en otro nivel, en el desarrollo lujuriante de objetos y programas de satisfacción pulsional en las sociedades democráticas, por el avance del discurso de la ciencia y la proliferación del desarrollo de la técnica; se va instalando progresivamente la convocatoria social y política al pleno disfrute y goce sin límites de las pulsiones en sus diversas manifestaciones, incluyendo al final del proceso la precipitación del sujeto en las distintas versiones y formas de la pulsión de muerte.

Si el Estado Gestor del bienestar social, promueve la satisfacción plena de la pulsión, es decir, el Estado promotor de los bienes y de la felicidad con sus diversos agentes políticos, ideológicos, industriales, mediáticos, etc.; los miembros de esta sociedad serán rehenes del intento de alcanzar estos niveles de goce. Por lo que difícilmente llegarán a subjetivar el malestar que los confunden respecto a la causa oculta de sus síntomas. Tendrán “ prète a porter “ los instrumentos para albergar en su fantasía que la satisfacción no tienen límites y sus demandas a la instancia del saber sobre la naturaleza y condiciones del desarrollo de su ser, no tendrá destinatario. El sujeto se hundirá progresivamente en un vértigo de goce autístico.

Si bien el permanente retorno y presencia de lo Real en la existencia del sujeto, reiniciará continuamente el circuito de su sufrimiento y su demanda al Otro del saber; aunque el superyó le envíe a buscar al infinito, más y más, el rebasamiento de los límites, ya que la sociedad industrial le impone una plena satisfacción de la pulsión y un despliegue insaciable del deseo irreconocible.

Es decir, en definitiva, el psicoanálisis se enfrentará a lo real que subyace en los síntomas y al malestar que sostiene al sujeto en un sufrimiento y frustración irreductibles que implicará la imposibilidad del goce total. Por ello el psicoanálisis será un complemento necesario en el desarrollo social, para abordar los efectos catastróficos que en la subjetividad opera el proyecto del placer sin límites de las democracias capitalistas.

Pero a su vez, el programa de satisfacción sin medida de los estados     democráticos tardocapitalistas, subsumen al sujeto en un empuje imparable a la obtención de goce por los medios que le ofertan, obstaculizando a sus miembros componentes a que asuman la demanda de esclarecimiento sobre la causa de su deseo, padecimiento y mortificación.

Por lo tanto, esta situación paradójica que el psicoanálisis sufre en la sociedad de nuestro tiempo, ha de ser asumida por los psicoanalistas comprometidos con la ética que implica su acto; que no es más, que traspasar los brillos  de las ofertas imaginarias de la clase en el poder y su consentimiento social; y confrontarse al vacío real que causa el discurso del sujeto singular deseante. Pero además no deberá ni podrá renunciar a su condición de ciudadano inmerso en los vínculos sociales y en la política que los gobierna. Por lo que no le queda otra vía, si quiere hacer valer el discurso analítico en la escena social, que intervenir en cualquiera de los eventos que la cultura genera subvirtiendo el estado de complacencia que trata de encubrir lo real imposible de domesticar, como intentan las Terapias cognitivo-comportamentales.

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En conclusión:

-         El psicoanalista deberá recrear su relación dialéctica con el mundo.

-         El analista en su práctica clínica se retrotrae del discurso hablado en el lazo social, al silencio de la escucha en la intimidad del dispositivo analítico en la cura. Otra forma de discurso sin palabras y otra forma de vínculo social.

-         Pero ahora en el tiempo que se avecina, ha de volver a conectar su decir y su pensamiento con la sociedad contemporánea, para subvertir la esencia de la verdad oculta en los discursos de complacencia (ciencia, política, arte, religión, etc.)

-         La pregunta es:¿Cómo, adonde, de que manera?:

Pues en los espacios por donde circulan las demandas de curación y las   promesas de felicidad y emancipación, en las redes de servicios de     Salud Mental, en las instituciones educativas, en los dispositivos             asistenciales de “apoyo” a las deficiencias del sujeto (Hospitales de Dia,    Casas a medio camino, Residencias asistidas, etc.), Pero también en los    frentes donde se desencadenan los discursos sociales, culturales y    políticos (asociaciones vecinales, eventos culturales, partidos políticos,           movimientos sindicales y sociales feministas, ecologistas, etc.)

Esta posición del analista y estos objetivos del psicoanálisis intentan responder al título de estas Jornadas.

 

 

 

 

E. Rivas P.

Madrid, octubre de 2006