Mental Health Europe se sobresaltó con las noticias sobre un chico holandés con una severa dependencia, atado a la pared de su habitación en un centro para personas con problemas de retraso intelectual y enfermedades mentales. Tampoco había salido de su habitación en al menos tres años, puede ver el vídeo aquí

Esta situación dramática ha sido extensamente cubierta por la prensa en Holanda y Bélgica. Todo el mundo habla de una situación inaceptable, increíble e inhumana.

Distintos cálculos sitúan la cifra de personas que viven en situaciones comparables en unos 9.000 (niños y jóvenes con problemas de salud mental y de aprendizaje, enfermos psiquiátricos y ancianos)

El gobierno holandés ha abordado el caso con seriedad. Mrs. M. Veldhuyzen, Secretaria de Estado, visitó la institución y el caso fue tratado en el parlamento. Mr. Jose Smits, colaborador de ANED (Academic Network European Disability Experts) e intermediario de la Fundamental Rights Agency (FRA) en Viena sostiene que no se trata de un caso aislado.

MHE denuncia que el funcionamiento de estas instituciones está en contradicción con la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad (UN CRPD). El Gobierno Holandés no ha ratificado esa Convención

Más preocupante es que la proposición de ley holandesa sobre aislamiento y medidas de fuerza (Wetsontwerp Zorg en Dwang), que permite que se aísle a una persona sin su consentimiento si constituye un peligro para ella misma o los demás.
Esto abre la puerta para que haya más reclusión en las instituciones, pero también dentro de las casas. Los padres tienen que aceptar las soluciones que ofrecen las instituciones

Mental Health Europe quiere aprovechar este caso claro e inhumano que desafortunadamente se da en todos los países europeos y pide a sus miembros que apoyen:

  • La ratificación de por su Gobierno de la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad (UN CRPD). ;
  • El proceso de desinstitucionalización y la creación de servicios basados en la comunidad;
  • El respeto a los derechos de los usuarios y su implicación en la toma de decisiones;
  • La puesta en marcha de un servicio de defensa del pueblo y una agencia del control de la calidad.

Todavía hay más de un millón de ciudadanos de la U.E. con discapacidad que viven en instituciones. La mayoría de estos centros muestran medidas pobres en la calidad de sus servicios. Hay denuncias frecuentes sobre abusos físicos y sexuales, y no se garantizan los derechos humanos básicos de los usuarios.

Mental Health Europe pide a los gobiernos europeos que actúen en consecuencia y paren este maltrato y abuso de los derechos humanos. De acuerdo con los estudios y las organizaciones pro-derechos humanos, estas situaciones inaceptables son frecuentes en las instituciones de carácter residencial para personas con problemas de salud mental.

Descargue la declaración original de Mental Health Europe