Autores: Antonio Ceverino, Luis Doria, Consuelo Escudero, Diego Figuera, Sergio García Reyes, Fernando Mansilla, Begoña Olabarría, Carmen Orgaz, Diego Padilla, Pedro Pérez y Miguel Ángel Sánchez.

El eje central de la Declaración de Atocha que suscribimos es la defensa de un modelo público comunitario de Salud Mental. Pensamos que ese modelo suficientemente caracterizado constituye el referente que podemos comparar con el patrón asistencial vigente en Madrid. Un referente respaldado por la OMS y la Comisión Europea, cuyas líneas principales quedaron establecidas en nuestro país por el Informe de la Comisión Ministerial para la Reforma Psiquiátrica, la Ley General de Sanidad (artic. 21) y la Estrategia de Salud Mental del Servicio Nacional de Salud (2006).

Durante más de dos décadas, gracias a una dotación desigual de recursos y al compromiso voluntarista de muchos profesionales, se ha implantado de forma irregular en nuestra Comunidad un patrón asistencial de Salud Mental que es el embrión de un modelo comunitario. Pero este sistema posibilista adolece de deficiencias conceptuales, de funcionamiento y de clara fragilidad organizativa. En la actualidad se encuentra seriamente deteriorado a causa de las medidas financieras, administrativas y legales adoptadas por los políticos gobernantes de la Comunidad de Madrid.

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