Reseña de las XIII Jornadas de la Sección de Psicoanálisis de la AEN

Con el título de «La Concepción Psicoanalítica de la Estructura Familiar en la Época Contemporánea», esta vez, la Sección de Psicoanálisis de la Asociación Española de Neuropsiquiatría ha querido abordar, en sus jornadas bianuales, un tema que sacude a la sociedad de nuestro tiempo y por tanto a la comunidad analítica.
Las nuevas familias, monoparentales, homoparentales, reconstituidas, la reproducción asistida…interrogan especialmente al psicoanálisis . Esta nueva fenomenología es un hecho sociológico pero , ¿tiene repercusión en la formación de síntomas?, ¿los sujetos contemporáneos se constituyen de forma diferente por advenir al lenguaje en estas nuevas familias? La evolución histórica de la familia ¿puede dar cuenta de cambios estructurales en ella?.
Se sucedieron las mesas con estos interrogantes de intensísima actualidad, salpicados de casos clínicos de la práctica clínica de los ponentes.
El psicoanálisis lacaniano aborda estas cuestiones desde la consideración de que la familia encarna ciertas funciones (nombre del padre, deseo de la madre, objetos a…) que son las estructurantes para el sujeto, independientemente de si las ejerce una mujer, un hombre, en pareja , en soledad, se haya engendrado por células de ambos progenitores, o solo de uno de ellos, o haya sido adoptado… porque la paternidad/maternidad es un hecho simbólico: un genitor no es padre espontáneamente, hace falta una atribución simbólica, un consentimiento del sujeto. Obtener algún estatuto simbólico, alguna significación sexual y de filiación, es necesario para que el sujeto sea algo más que lo real de su cuerpo, algo más que el pedazo de carne. Por eso el sujeto se estructura en una operación de defensa, neurótica , psicótica, perversa…
Por otro lado en el análisis hay que llevar al sujeto desde sus determinantes familiares (identificaciones, elecciones de objeto, etc.), desde sus vínculos y satisfacciones pulsionales intrafamiliares a la desidentificación, a los objetos exteriores. Hay que ir de la causa familiar a la causa extrafamiliar.
El debate mostró que,  sin embargo, las encrucijadas en las que los sujetos contemporáneos, fruto de estas nuevas familias, nacen, no son indiferentes. Las viñetas clínicas nos fueron mostrando por ejemplo qué lugar hay para un hermano concebido para curar a un hijo enfermo, cómo se alegra una niña del cambio de sexo de la mujer que convive con su madre para la que aquella era “como un hombre”, cómo un niño adoptado consigue que sus padres, hombres ambos, se divorcien para eludir así la exclusión a la que la triangulación estructurante le condena…
La familia siempre ha sido , es y será un síntoma, fallida en tanto es una construcción del sujeto, su novela o su Sinthome, que viene a suplir un desencuentro, es decir la imposibilidad de la relación sexual.

Eva Rivas. Sección Psicoanálisis de la AEN