«Otro modelo es posible». Artículo de Mikel Munárriz en el diario El País (03-12-2010)

Un modelo mercantilista, basado en la fragmentación de los servicios, en la externalización de la asistencia y en la visibilidad propagandística domina la atención a la Salud Mental en el País Valenciano… Enlace a la versión digital del artículo.

Este modelo no es efectivo para aumentar el número de personas en procesos abiertos y esperanzados de recuperación, de familias capaces de apoyar estos procesos y de profesionales motivados y formados para ofrecer entornos terapéuticos que nos dejen crecer a todos.

¿Qué se ha hecho? Se ha publicitado una cartera de servicios que se concluyó con precipitación, dando lugar a un documento apartado de la realidad asistencial y de difícil aplicación.

La apertura de las unidades de hospitalización en Dénia y Elda es una buena noticia, aunque hayamos esperado 20 años y aunque siga siendo escasa su dotación sobre todo en personal de enfermería especialista

La Consejería de Bienestar Social ha parado su plan de acción en Salud Mental. Afortunadamente, porque se trataba de construir edificios sin atender a los problemas sociales derivados de padecer una enfermedad mental.

Hemos denunciado los problemas que supone la segregación de las personas entre la Consejería de Sanidad, que se ocupa del tratamiento agudo y la de Bienestar Social, que se ocupa de los crónicos. A más necesidad, menos recursos.

Además, las asociaciones de familiares que gestionan los dispositivos asignados a esta consejería han experimentado crecientes dificultades en el cobro. Así, las familias sufren una angustia añadida de no poder gestionar los dispositivos ni poder hacer frente a los salarios de sus profesionales. La actual coyuntura económica ha desvelado el carácter perverso de este sistema, que crea dependencias y conflictos de intereses insolubles y que debilita la capacidad reivindicativa de las asociaciones.

Todo esto no es un problema de simple falta de coordinación. Es un problema estructural que complica la vida a quienes más difícil la tienen.

En este balance no puede faltar la preocupación por la vulneración de los derechos humanos. Ya es una vulneración que no sean adecuadamente atendidos. Pero incluso las formas más groseras de maltrato se han denunciado en este año en el Psiquiátrico Penitenciario de Alicante. También nos tememos que el importante incremento de los lugares de reclusión para enfermos mentales favorezca la presencia rutinaria de tratos degradantes o indignos.

Otro modelo de atención es posible. Un modelo que se fundamente en el respeto a los derechos humanos y en los hallazgos científicos. Que base la asistencia en equipos de Salud Mental Comunitarios, con una composición realmente multidisciplinar, que permita la aplicación coordinada, a su tiempo y en su lugar de los tratamientos, en conexión con las necesidades reales de la gente. Equipos con capacidad de gestión y que incorporen a esta gestión las opciones de los usuarios y de sus familiares. En un modelo de asistencia público que cubra en igualdad de condiciones todos los momentos del proceso de recuperación y que sea capaz de integrar a todos los ciudadanos, sean estos hombres o mujeres, de aquí o de fuera, con minusvalía o sin minusvalía, penados, niños o ancianos.

Nos queda un largo camino de concienciación y de movilización detrás de estos objetivos.

Mikel Munárriz, Presidente de la Asociación de Neuropsiquiatría del País Valencià